Pastrana, una bella ciudad medieval

Los viajes a través del tiempo son posibles de realizar, es sólo tener un poco de imaginación y estar en el lugar adecuado.

Y por ello, en esta ocasión viajaremos a Pastrana y  encontrarnos con una ciudad medieval, que nos regala importantes muestras de arte y cultura. Así, recorreremos la historia a través de sus calles, museos, palacios e iglesias, en un viaje encantador a otros tiempos.

Pastrana pertenece a la provincia de Guadalajara, Castilla la Mancha,  y es la capital de la comarca de la Alcarria, un sitio maravilloso donde podremos disfrutar un fin de semana recorriendo cada uno de sus rincones.

La gran Plaza de Armas se encuentra en el centro de la ciudad y es conocida  como la Plaza de la Hora, ya que antiguamente aquí era el sitio donde príncipes y militares realizaban sus paradas.

Allí se levanta el Palacio Ducal que data del año 1542, de estilo renacentista que fuera construido por Alonso de Covarrubias. Aquí vivió prisionera hasta su muerte Ana de Mendoza, la princesa Éboli, que fuera amante de Felipe II y condenada por el rey por sus intrigas a sólo ver la luz del día durante una hora diaria por la ventana del primer piso del torreón.

Dos calles, que nacen en dos bellos arcos, se dirigen una hacia la derecha a través del Callejón de las Siete Chimeneas hasta el barrio Albaicin y la otra hacia la izquierda nos llevará a la Colegiata que se levanta en la Plaza del Concejo y donde podremos visitar el Museo de los Tapices, para admirar la espléndida colección de tapices flamencos del siglo XV que allí se encuentran expuestos.

Rodeando el magnífico edificio del Ayuntamiento nos encontraremos con la Plaza de la Fuente de los Cuatro Caños, emblema de la Villa, construida en 1731,  el agua que de ella emerge proviene de un manantial cercano y posee un pilón de forma octogonal que tiene una gran copa de piedra en su centro, donde queda almacenada el agua que fluye por los costados.

Recorriendo sus plazas y calles, que nos recuerdan el origen medieval de la ciudad,  hallaremos el Colegio de San Buenaventura, el convento de San Francisco y el de Santa Ana donde se encuentra la Hospedería Real, que junto con el Palacio Ducal han sido declarados Conjunto Histórico Artístico.

Hacer una visita a la Plaza de Toros, la más antigua de la provincia, la Casa de la Inquisición y la de Moratín y el Palacio de Burgos, entre otros muchos monumentos importantes.

También, en las afueras del pueblo existen lugares bonitos para conocer como el Museo de Historia Natural de Filipinas, compuesto en su mayoría por muestras de animales procedentes del lejano Oriente, traídas hasta aquí por los misioneros franciscanos.

Al atardecer dar un paseo hasta la Ermita de Santa Teresa de Jesús que se encuentra cerca de la Hospedería Real y desde allí hasta la llamada cueva de San Juan de la Cruz, lugar donde se dice que el santo plasmó muchos de sus pensamientos.

Las fiestas que se realizan en Pastrana son muy populares y conocidas,  atrayendo turistas de otros lugares que vienen a la ciudad a disfrutar de las fiestas de San Sebastián con sus tradicionales rondallas y rondas en las que se entonan típicas canciones como las jotas.

Una de las festividades de mayor importancia es la que se realiza todos los 15 de Agosto donde hay verbenas, vaquillas y toros, alegres peñas y la gran caldereta que se celebra el último día de estas fiestas en el centro de la Plaza de la Hora.

Ni que decir de la gastronomía de Pastrana,  popular por cu cordero asado y su caldereta de la abuela y para endulzarnos el día los bizcochos borrachos y las famosas yemas de Santa Teresa.

Un sitio mágico y encantador donde todo está dispuesto para disfrutar y llevarse un grato recuerdo de Pastrana la ciudad medieval que sigue vigente a través del tiempo.

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